(Foto: Noticias Argentinas).
Mientras los dólares buscan la estratósfera, pone curitas y se enreda con la pelota de su comunicación caótica. ¿Sí es sí o es no? Alerta Milei.
Mientras la cotización de los tipos de cambio paralelos volaba, el Gobierno expuso este jueves, una vez más, sus serías dificultades para lidiar con una crisis que reconoce como grave. Un dólar diferenciado para los extranjeros que visiten el país, una tenue flexibilización del cepo para ciertas importaciones y una nueva regulación para trabar la operatoria de los dólares bursátiles –24 horas después de haber negado rotundamente la posibilidad– conformaron un pobre paquete de medidas, que, previsiblemente, cayó fuera del recipiente.
Es como si el Gobierno estuviera mirando otro canal. La actuación oficial se distingue por la falta de convicción y coordinación, así como por una comunicación cada vez peor. Alguien –que no será, por vocación propia, el equipo de Silvina Batakis– debería haber señalado, dado el fracaso evidente, que las medidas eran eso, solo medidas y que no se pretendía con ellas resolver los problemas de fondo, que requieren remedios más amargos. Así, no.
No sorprende, entonces, que el blue, que mueve titulares y estados de ánimo –lo que, al revés de lo que cree Gabriela Cerruti, no es poca cosa– haya saltado como si nada $20 hasta $337. Mientras, los tipos de cambio bursátiles subieron en torno al 7% para ponérsele a la par.
La cuestión está tan brava que Javier Milei se permitió detallar su plan dolarizador. Según él, es perfectamente realizable a una paridad de módicos 320 pesitos. Menos que los paralelos, quiso señalar, aunque es el oficial el que cuenta para eso.
El minarquista pretende imponer su esquema a partir de una devaluación brutal, que llevaría el nivel de pobreza hasta umbrales jamás conocidos en el país. Al respecto, vale un dato fresco: el costo de la canasta básica alimentaria subió 4,6% el mes pasado, por lo que una familia tipo necesitó $46.525,30 para no caer en la indigencia. Ojo con las locuras.
Lo que nunca fue… ¿ni será?
Usinas oficiales dieron cuenta de que, así como se estableció un nuevo dólar para los turistas extranjeros, entró en estudio uno para estimular las exportaciones agrícolas. La guerra interna quema y en la noche misma del jueves fuentes del Gobierno –diferentes de las que lanzaron la especie, claro– hicieron llegar a los medios una vehemente refutación. «No se evalúa ninguna medida de ese tipo. La versión es parte de una especulación para forzar el mercado de cambio restringiendo la oferta de divisas», le dijo una de ellas a desPertar, el newsletter de Letra P. Twitter se puso juguetón de inmediato: si el Gobierno dice no, entonces es sí. Los usuarios nunca pierden el humor.
Este portal da fe de la buena información de quien le hizo llegar el rechazo al «dólar agro», pero la movida –interesada– surge de una constatación: potencial maná del cielo, quedan 18.000 millones de dólares de soja por vender, según cuenta Infobae.
Los caminos del ajuste
Mientras, Batakis baila su propia música. El Gobierno oficializó el congelamiento de las contrataciones tanto en la administración central como en los entes públicos nacionales, acelera con la caja única para desvelo de las provincias y definió un alivio a la cuenta de los subsidios al disponer un aumento del 40% en los boletos de colectivos y trenes en el AMBA.