César Martucci fue secretario general de Boca Juniors y es otro de los hombres lanzados a presidirlo tras las elecciones de diciembre próximo. No se lo puede definir precisamente como un opositor, ya que su idea de unidad se basa en la sumatoria de los mejores hombres y mujeres tanto del oficialismo como de quienes se le oponen.
Además de ese punto, su voz difiere de las otras en que pone énfasis en una reforma estatutaria profunda y en la necesidad de construir un nuevo estadio en su actual emplazamiento. A continuación, la entrevista que le concedió a ámbito.com.
Periodista: -¿Cuál es la idea de unidad de la que habla en su campaña? ¿No le parece imposible de concretar, tal como están dadas las posiciones?
César Martucci: -Todavía estamos en un proceso en el que todos muestran las uñas. No hay nada definido porque hay muchas cosas en juego. Ahora se vienen los próximos partidos por la Copa (Libertadores, nada menos que frente a River Plate en semifinales), y lamentablemente la política nacional influye en el día a día del club. Hay muchos procesos políticos y deportivos por delante que todavía tienen que definirse. Por eso digo que las definiciones (del resto de los candidatos dispuestos a enfrentar al oficialismo) no son todavía absolutas. En lo personal, no me resigno a que no logremos una unidad de los mejores de todos los sectores, tanto del oficialismo como de la oposición. Hablo de una unidad global.
P: -¿Por qué habría que avanzar en esa dirección?
C.M.: -Porque hay temas centrales que Boca no puede resolver sin un objetivo común de todos los sectores. Uno, el estadio. Mientras sigamos politizando la cuestión, no lo vamos a resolver. Segundo, la modificación del estatuto del club, lo que requiere una mayoría agravada para extender o achicar el próximo mandato en un año para descalzarlo de las elecciones nacionales. Tenemos un estatuto muy presidencialista y Boca es demasiado grande como para estar manejado por una sola persona. Y eso no es responsabilidad de Juan o de Pedro.
P.: ¿-Apunta a darle presencia a la minoría en la Comisión Directiva?
C.M.: -No apunto a eso sino a que haya responsabilidades específicas, funciones dentro de la comisión determinadas por el estatuto. Por ejemplo, un tesorero no puede ir a fondo en determinado tema porque no tiene la autoridad para eso. Recordemos que Daniel Angelici debió renunciar en su momento por su desacuerdo con (la extensión del contrato de Juan Román) Riquelme.
P.: -¿Qué otro tema merecería una reforma?
C.M.: -Todo el proceso electoral es un desastre. Votan 30 mil socios y hay que contar todo en un escenario, lo que hace que se termine a las 3 de la madrugada. ¡Se tarda más que en una elección nacional!
P:. -¿Qué propone en materia futbolística?
C.M.: -Todos los años tenemos que modificar el plantel porque no se ganan torneos internacionales y tapamos a los chicos de inferiores. Con un agravante: si bien las finanzas de Boca son buenas, el club no puede romper el mercado. La situación general hace que no se pueda retener a los jugadores que se van del fútbol argentino.
P.: -¿Hay un exceso de política nacional en el club?
C.M.: -En el club siempre intentamos dejarla aparte y, de hecho, convivimos radicales, peronistas, gente del Pro… Yo soy radical, pero no creo que haya que llevar la pertenencia de cada uno al club. Sin embargo, sería un ingenuo si dijera que la política nacional no juega en Boca, por lo cual hablo, por ejemplo, de descalzar la elección del club de la general. Boca apetece a todos los sectores políticos, más porque un expresidente llegó a presidente de la Nación. Esto genera naturalmente una politización de la vida del club.
P.: -¿Qué habría que hacer, en su opinión, con una Bombonera que ya queda chica pero que es un rasgo de la identidad boquense?
C.M.: -Todos (los candidatos) tenemos banderas diferentes para diferenciarnos en este tema, pero nadie puede concretarlas porque hay una disputa y en ese marco es difícil armonizar los intereses. Yo creo se tiene que construir un nuevo estadio pero respetando la ubicación de la Bombonera. Eso debería hacerse sobre la base del “proyecto esloveno”, que implica la reforma del 25% del estadio [Ndr: avanzando sobre la línea frentista de la calle Del valle Iberlucea] para después adecuar el resto, amoldándolo al nuevo concepto. De hecho, así fue el proyecto original: el estadio fue construido modularmente y puede reconstruirse también modularmente. Debería tener un sector específico para los socios adherentes y se lo podría utilizar no solo para eventos deportivos sino también en beneficio del barrio: el museo de Boca es el más visitado de la Ciudad de Buenos Aires.
P.: -Acaba de mencionar la problemática de los socios adherentes, que suman 120 mil y extienden mucho tiempo su espera para convertirse en activos. ¿Qué haría con eso?
C.M.: -La ampliación de la Bombonera o la construcción de un nuevo estadio en el mismo emplazamiento les daría más lugar. Pero quiero ser claro: el adherente entra al club por su deseo de pertenecer a la familia de Boca y no hay en eso ninguna letra chica. Pagan la mitad de la cuota y saben que solamente pueden ingresar al estadio cuando hay lugar para ellos. El socio adherente va a seguir optando por esa modalidad de pertenencia porque es el hincha el que acepta esas condiciones.
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