El dólar subió 9,58% en marzo, básicamente en los últimos diez días, y ya deja sentir sus efectos en los precios en el mes que comienza, con remarcaciones del 10% previstas en alimentos sensibles. Además, las naftas aumentaron un promedio de 4,5%, encareciendo la logística de toda la economía. A eso habrá que sumar los incrementos de las tarifas de servicios públicos decididas tiempo atrás por el Gobierno, empeñado en concentrar las malas noticias en la etapa anterior al comienzo de la carrera electoral propiamente dicha: un primer tramo del 10% en gas, 15% en subte, premetro…
Mientras el dólar siga sensible y mientras el Gobierno mantenga su porfía de sostener atadas al billete verde las tarifas de energía, la carrera contra los subsidios prometida al Fondo Monetario Internacional (FMI) encontrará a Nicolás Dujovne corriendo permanentemente desde atrás. Y, más lamentablemente aún, a los usuarios.
De hecho, la calma cambiaria de enero y febrero fue, para muchos economistas, uno de los factores que incidió en la escalada brusca de fines de marzo.
El presidente del Banco Central (BCRA), Guido Sandleris, es consciente de lo complicado que viene abril en materia de precios y dispara con la acotada munición que tiene, la monetaria, para evitar que la tendencia se prolongue hasta demasiado cerca de la hora de la verdad electoral.
Así, este lunes, el BCRA dio a conocer una decisión de su Comité de Política Monetaria, según la cual “en este contexto de mayor volatilidad (se) planea continuar con este estricto control de la liquidez. Con el fin de dar mayor previsibilidad al respecto, el BCRA absorberá la liquidez necesaria para sostener una tasa mínima de 62,5% durante el mes de abril”. Pasado en limpio: como la inflación va a seguir muy arriba, la dureza monetaria no le irá a la zaga.
El propio presidente Mauricio Macri se preparó para lo que viene: “Vamos a derrotar la inflación”, señaló. A falta de certezas, voluntarismo.
Gabriel Zelpo, economista jefe de Elypsis, le dijo a Letra P: “Vemos para abril un piso del 3,5%”. En tanto, el analista financiero Christian Buteler estimó, en diálogo con este medio, que “la inflación es uno de los peores indicadores que se vienen dando. Marzo va a estar más cerca del 4% que del 3% y abril, con los aumentos que ya están establecidos, también marca un piso de 3%, con suerte”. “Se va a trasladar parte del aumento del dólar del mes pasado, más todos los aumentos que ya conocemos. Desgraciadamente, es como el perro que se muerde la cola: hay que evitar que el dólar se atrase pero, a su vez, si sube, retroalimenta los precios. Y así seguimos dando vueltas en algo que parece no tener fin ni solución”, añadió.
“Lo que se está haciendo no está dando resultados. La Argentina es un país con una economía bimonetaria, en la que el aumento del dólar, guste o no guste, tiene impacto en la inflación”, siguió Buteler.