Los republicanos retienen el Congreso. ¿Para apoyar o para disciplinar a “su” presidente?

Nueva York – La madrugada de ayer fue redonda para los republicanos. Aunque el extravagante Donald Trump nunca fue considerado uno de los suyos, al fin y al cabo el Viejo Gran Partido volverá a la Casa Blanca en enero. Pero, también crucial, retuvo la mayoría de las dos cámaras del Congreso, terminando de completar una de las noches más frustrantes que sus rivales demócratas recuerden en mucho tiempo.

A nivel presidencial, victorias en estados considerados decisivos como Florida, Carolina del Norte, Pensilvania y tantos otros le garantizaron a Trump la mayoría en el Colegio Electoral: 289 delegados contra 218 de su aturdida rival.

En el Congreso, como se esperaba, los republicanos retuvieron la Cámara de Representantes, que se renovó en su totalidad, capturando 236 bancas, 18 por encima de la mayoría.

La (otra) sorpresa fue el Senado, donde se esperaba que los demócratas recuperaran el control. Pero no hubo ola azul, y los conservadores seguirán teniendo una estrecha mayoría de 51 bancas sobre un total de 100.

La relación entre ese presidente, que no será uno que se deje arrear fácilmente, y ese Congreso es una incógnita mayúscula.

“Esa es la cuestión: el choque entre el conservadurismo tradicional del partido y la heterodoxia ideológica del ala que representa Trump”, le dijo a Ámbito Financiero Donald Green, politólogo de la Columbia University.

El electorado de Trump “está centrado principalmente en un gran grupo de votantes blancos, frustrados y que reivindican una cierta protección. Culpan al establishment republicano por sus políticas de libre comercio, por haber herido el empleo industrial y por no haber sido lo suficientemente duros en lo migratorio”, le explicó a este diario Robert Y. Shapiro, doctor en Ciencia Política y profesor en Columbia University, poniendo también el foco n las diferencias entre el futuro presidente y “su” partido.

En esos temas chocarán: sobre todo en el libre comercio. Están aún en el aire el rechazo de Trump al Acuerdo Trans Pacífico, su promesa de renegociar el acuerdo de libre comercio con México (el NAFTA, que también incluye a Canadá) y su promesa de frenar el ingreso de productos chinos.

Habrá que ver qué ocurre con el Senado, que tiene la potestad de confirmar o rechazar los postulantes a la Corte Suprema que presenta el mandatario. Lo inmediato será el reemplazo de Antonin Scalia, muerto en febrero, pero se estima que en los próximos años podrían producirse hasta dos vacantes más. “El actual balance (de 4 a 4 entre liberales y conservadores) se alterará, posiblemente por décadas”, agregó Donald Green.

¿Por fin los republicanos lograrán ponerle límites al sensible tema del aborto? Trump es mucho más liberal que el promedio del partido, pero en la campaña s manifestó como abiertamente “provida”.

No tenemos todavía plena conciencia de la profundidad del cambio que se avecina en los Estados Unidos.

(Nota publicada en Ámbito Financiero).